En la crianza de los hijos, ¿hay una definición clara de cuánto eres?
No es solo una oración, sino que estos términos entran en juego por primera vez, ¡especialmente cuando cuidas al bebé tú mismo!
¿Exactamente cuánto es demasiado?
Ya sea con respecto a cualquiera de los siguientes, ¿cómo sabe cuál es el mejor o el enfoque correcto para este desafío?
- Ser permisivo o estricto, o una combinación de los dos
- Amamantar o tratar de destetar al bebé
- Haz que aprendan cosas jugando o enseñando a la vieja escuela.
- Partes de una comida y una dieta equilibrada
- Tratando de protegerlos de los males y miedos de lo desconocido (especialmente con "toque bueno, toque malo" y siempre andando con los padres por seguridad)
- Sé madre, porque puedes estar segura de que tu hijo está seguro y disfrutando de este momento.
- Póngase a trabajar comparando los hitos que ha alcanzado y los que su hijo aún no ha alcanzado.
- Sentirse preocupado por sus hábitos alimenticios, apetito, dieta balanceada.
- Tu corazón grita si el pequeño tiene dolor o sufrimiento, pero se mantiene erguido frente a la familia.
- Cambia todas tus rutinas para priorizar la vida de tus hijos
Siempre digo que debe haber un equilibrio entre todo en la vida porque, después de todo, somos modelos a seguir para nuestros hijos (por un largo período de tiempo, si no para siempre).
No debemos sofocarlos, sino que debemos vivir una vida en la que podamos crear una atmósfera y nutrirlos con pensamientos como estos:
- Está bien dejarlo ir (a veces).
- No es nuestra responsabilidad corregir todas las malas acciones de los demás.
- Si no ha hecho nada, es posible que deba practicarlo más. La práctica hace que una persona sea perfecta si los sueños son realistas y necesitamos enseñar esto sin importar lo difícil que sea.
Sin embargo, no necesitamos mostrar todas nuestras emociones de pánico o ansiedad cuando nuestro hijo no cumple con nuestras expectativas o llorar cuando suspende la escuela o la universidad por primera vez. Y no debemos tratar de ocultar todos nuestros sentimientos, porque a veces necesitan calor y al mismo tiempo también necesitan fuerza.
La crianza de los hijos nos enseña mucho, no solo sobre nosotros mismos, sino también sobre nuestros cónyuges y la poca existencia que traemos a este mundo.
Así que equilibra todo, y no cargues a nadie con nuestras expectativas, pero eso sí, haz que las personas que te rodean aprendan a distinguir entre el bien y el mal, la realidad y las ilusiones.
No se preocupe por algunas de las victorias inconclusas de su pequeño, porque es posible que pueda conquistar cosas que otros niños aún no pueden (y es posible que se haya perdido esto porque estaba demasiado ocupado enseñándole el abecedario porque la hija de 2 años de su vecino conoce toda la ortografía de las letras).
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